Los grandes filósofos han dejado paso a los magos de los jueguecitos por internet.
Los libros yacen inertes en la biblioteca de casa sin que nadie los eche un vistazo.
Dormitan las ideas, nacen inventos absurdos para una vida absurda.
Nos aburrimos invadidos de la soledad, una soledad que viene dada por nuestro modo de vida.
Todos somos adictos a algo y esa adicción nos come el coco de manera desesperante.
No tenemos modelos que seguir, queremos nosotros ser el modelo a seguir y no nos sigue nadie.
Hay muchos mañana pero no existe el mañana definitivo y nos morimos hoy sin haber alcanzado el futuro que perseguíamos.
La vida es triste y más triste es si no nos escuchamos atentamente.
El cielo es azul pálido y no ofrece nada. El asfalto es duro y negro como la piel del diablo. Estamos entre el cielo y el asfalto.
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