He conocido a Jimena, mi primita, que no para de reír. Es una fiesta estar a su lado porque no piensa más que en pasarlo bien del modo que sea aunque a veces cansa ese estado suyo de ir de allá para acá sin descansar ni un rato.
He conocido a Diego que es un chico muy poco hablador y se le nota un carácter serio. No es fácil tener una conversación con él porque, como a Jimena, sólo le gusta jugar a lo que sea y de hablar, ni hablar. Bueno, es un niño. Es lógico. Es un niño noble y tranquilo.
Luego he visto cómo funcionaba la casa y había roces, ratos de risa, enfados y demás. Pero ha sido bonito convivir con esta familia.
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