He estado en el pueblo. Los ratos de no hacer nada han sido los más. Hemos hablado la familia, que nunca está mal. El pueblo está de capa caída. A unos nos afecta más que a otros ese estado de decaimiento. Las nuevas generaciones salen a la calle a disfrutar de un refresco y a reír casi sin ganas. Yo ya no "pego" con estas nuevas generaciones y he de irme pronto a acostar. El calor ha sido protagonista del fin de semana. Todas las conversaciones comenzaban haciendo alusión al astro rey. Por lo demás, la gente está a sus quehaceres o pasándoselo bien. Me cuentan los agricultores que este año la cosecha es muy pobre porque no ha llovido y tienen que segar hierba en vez de grano. No ha granado el cereal.
Una vez en Majadahonda, me he puesto a coger otra vez la rutina de todos los días y voy a ver si escribo la historia de mi vida otra vez. Cuando la tenga acabada, empezaré otra novela.
En este verano espero acabar la historia de mi vida.
La vida es un pozo en el que van cayendo nuestras ilusiones o del que extraemos nuestro éxito. Nuestro éxito personal no tiene que coincidir con el éxito que nos venden los medios de comunicación. El triunfo es de todos, no solo de los que copan las cámaras de televisión a todas horas. Echemos el cubo al pozo.
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