Otro día más de este verano. La gente va individual por la calle, es muy difícil hacer amigos si no, imposible. Así es la vida, cada uno, a lo suyo. Y si te haces amigo de alguien, enseguida te está pidiendo dinero así que mejor no conocer a nadie. La gente va solitaria, siempre los mismos grupos, siempre las mismas conversaciones, no se hartan unos de otros y si se hartan, se joden porque no hay más. El marido y la mujer y los niños, los amigos inseparables y aburridos, los primitos, el mismo rollo de siempre. Y es que no hay más porque la gente con la crisis, con la delincuencia, con lo de la violencia de género no se arrima a nadie. La cosa no está para hacer amistades. Los chicos son malos. Las chicas son malas. Te quieren por el interés más turbio y descarado. Te quieren para luego hacerte sufrir: lo dice bien claro el telediario todos los días: cuidado. Nos tienen acojonados. Nos quieren asustar, dejar la impresión de que estamos en constante peligro. No te acerques, no preguntes, no saludes, mantén las distancias. El vecino puede ser un terrorista o algo peor. Ten cuidado. Cada uno por su lado. No friends, my friend y así todos los días: uno ha matado a su pareja, otro ha disparado contra... etc, etc, etc.
La gente es muy mala, eso parece claro.
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