Ensaladas hay de muchos tipos:las hay de patata, de pollo, de alubias, de garbanzos, de pasta y así todo lo que se quiera poner junto y fresco. Se nos avecina una ensalada política: podemos, ciudadanos, PP, Psoe. Unos son más frescos que los otros y todo mejora con el aliño personal de cada ingrediente político: Rajoy está quemado y es más bien feo, lo contrario que Rivera. El coletas es lo radical, el sabor más fuerte. En fin, qué calor, qué ricas las ensaladas, que bien pasan en verano. Lo peor es que invierno llegan los potajes: ahí todo cocido y junto y revuelto que no sabe qué es cada cosa.
Bueno, yo, a lo mío, a escribir mi novela que ya va para vieja y a cocinar y a dar inmensos paseos y a soportar este maldito calor y a ir al pueblo a oír las coplas de Miejas y las bobás que se dicen allí.
Lo dicho: vengan ensaladas y potajes y vengan los meses que se agotan tan ricamente escribiendo la novela tendido al sol como un turista o tendido en la cama como un enfermo. Tendido cero, tendido de sol y tendido de sombra, tendido de ropas que se secan, tendido tieso que no se moja. En fin, en fin.
Si te aburres, da un paseo.
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