El otro día discutía yo una cosa con mi profesora: yo decía que entre la gente del pueblo hay modelos de perfección y gente a la que imitar. Ella decía que no, que lo único que hay es la sucia realidad y el escritor debe reflejarla.
Además dijo: "¿entre la gente que te rodea (por mí), ves algo transcendente, algo que merezca la pena?
Yo me callé. Pensé que esta mujer estaba tan trastornada por las teorías literarias que confundía la realidad con la ficción.
El caso era que estábamos analizando un tipo de historias en las que no salían más que personajes perdidos, drogados, gentuza. Y yo me quejé diciendo que no es la realidad que yo conozco aunque también entiendo que he conocido gente que cabe dentro de esa descripción. La realidad es tan compleja que cabe todo, le dije pero ella quiso dar a entender que la persona en esta sociedad está perdida. Bueno. Yo veo mucha gente perdida, cierto es, pero hay otra que no se resigna a perder la dignidad y lucha por resolver sus problemas.
El que generaliza, no acierta nunca.
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