Mis aspiraciones de ser un escritor más o menos famoso las voy a dejar de lado. Lo que yo soy en realidad es un enfermo bipolar que por causa de esa enfermedad he tenido que dejar el trabajo. Cuando me dé cuenta de que soy un enfermo y de que no debo aspirar más que a llevar una vida tranquila acorde con esa enfermedad y no soñar con novelas que serán una revelación que nunca lo serán porque yo ya soy viejo para novelas-revelación y no tengo la habilidad como escritor de escribir ninguna novela que vaya más allá de un entretenimiento para los amigos y aún así habrá muchos amigos que digan vaya bodrio.
Y no comerme el tarro con amigos con los que me aburro y sí dar importancia a la lectura y escritura que me pueden resultar amenos si las practico con asiduidad y no estar con que un camarero me ha dicho o este me ha dicho o el otro dice. Me importan un pito aquella gente aburrida que me pregunta por mis cosas sin discreción porque son cotillos y me molan más las novelas que pudiera leer y me dan información y aventura sin levantarme del sillón.
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