Ayer paseamos Paco y yo por Madrid. Fuimos al final de línea del autobús 61. Nos metimos en el Retiro y dimos unas vueltas y nos tomamos algo, muy caro, por cierto. El Retiro estaba precioso con su arboleda y sus gentes paseando y sus anchas ¿calles?, ¿avenidas?, ¿paseos? Luego, al salir del pulmón de Madrid, fuimos andando hasta Atocha. Cogimos el metro. En un momento, estuvimos en Moncloa pero salimos una estación antes y buscamos un sitio para merendar. Comimos una focaccia. Yo, de salsa napolitana y burrata. Cogimos el autobús a casa y nos encontramos con una vecina con la que charlamos de 10 a 11 de la noche. Nos duchamos, nos acostamos. Al despertar, he ido a leer el periódico y a comprar para la semana que ya ha empezado.
Las semanas empiezan.
¿Cómo acabarán?
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