No hace falta decirlo: hoy es el último día de julio. Viene agosto, frío en el rostro, dicen. Los de tierra adentro tenemos la oportunidad de disfrutar de la ciudad vacía de tantos coches y gentes alborotadoras. En agosto, la luna sale anunciando el mosto de septiembre, agotando noches tardías a la conversación con los amigos. En agosto todo se trabuca en gentes que se quedan aislados frente a la mar salada. En agosto, hay que comer sardinas pues están en su sazón. En agosto, hemos de hacer migas con aquellos que se quedan porque ya se han ido y te cuentan sus aventuras. En agosto, frío al rostro.
Vete de vacaciones:
te lo mereces.
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