Solo piensa en él. Así es mi compañero de piso. Si tengo un problema, antes de que se lo cuente, él me dice que tiene muchísimos más. Y así, él queda como damnificado de la vida por partida doble: cuando me hace callar y cuando me cuenta sus problemas, de mayor importancia y número que los míos. Así que estoy condenado a callarme y seguir caminando. A no desahogarme con nadie. Solo con la actividad de los sellos (una colección que heredé de mi abuelo), puedo pasar el rato. Así que mi compañero de piso es una full muy grande, una persona con la que no se puede contar ni para hablar con ella.
Compañeros de piso:
no son tus amigos en ningún caso.
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