jueves, 17 de julio de 2025

 La mujer iba al pub y bebía mucho vino y chupitos de whisky. Tom la había dejado y se fue con Ana, con la que tuvo una niña. La mujer no podía soportar que Tom viviera con otra. De ahí el alcoholismo en el que se había emboscado su vida. A esta mujer alcohólica y resentida, que se llamaba Florence, todo le iba mal. Hasta que vomitó en el pasillo de la casa de Cathy, su amiga. Entonces, le fue peor. Porque ya no tenía dónde ir. Y pasó a dormir en la calle. Florence tuvo que disputarse los portales con otros mendigos, estaba borracha prácticamente todo el día. Hasta que un proyecto del ayuntamiento le buscó un albergue, le asignó un psicólogo, dejó la bebida y ahora trabaja de repartidora con un camión de la coca cola.

Florence:

qué historia de superación más bonita.

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