Con un libro o siguiendo las series de la televisión, se puede pasar un buen verano. La gente se ha marchado a la playa, así que no estorba. Hay uno que está en el jardín de su chalet en el pueblecillo costero tomando el desayuno. A lo mejor, por la tarde, sale con sus familiares a ver algún espectáculo jazzístico tan de moda en verano y luego, cenan en algún restaurante de moda que cuesta un riñón. Pero este tren de vida de desayunar un desayuno preparado por una camarera de casa, cenar fuera a todo trapo, solo está dado a unos pocos ricos que hay en la Tierra. Los demás debemos conformarnos con lo que tenemos. No es cuestión de hacer otra revolución como la soviética. Estamos en un mundo capitalista, a la riqueza se la respeta.
Capitalismo:
hacer dinero y disfrutarlo con tranquilidad.
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