Mariano tenía un chollo cojonudo (sin perdón): todo lo hacía su mujer: ir a la compra, cuidar a los niños, cocinar, limpiar. Hasta que a Almudena le entró una anemia de tanto trabajar. Y Almudena se plantó, dándose cuenta de que estaba dando de más, que no se repartían las tareas, de que su marido era un vago que iba y venía del taller y se pasaba los ratos muertos viendo por el móvil páginas guarras. Y Almudena encontró un trabajo muy bueno, paso previo al divorcio. Y le dijo a Mariano adiós para siempre. Y se quedó con los niños que había cuidado siempre. Y esto no es feminismo. Es justicia social o familiar.
Estate viendo el partido, sí.
Te verás solo pronto.
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