Por una serie de razones que ahora se me escapan, no voy a salir a la calle, dijo uno que no recordaba bien las cosas que le pasaban pero sí tenía fe en que en casa no le iba a pasar nada malo. Y se preparó la comida de alimentos que compró en el supermercado hace algún tiempo y después de comer, no recordó qué había guisado ni comido pero algún duende o genio le decía que permaneciera en casa. Porque fuera de casa estaban sus amigos (los amigos que hay ahora) decidiendo qué hacer con este tipo: obligarle a ir a una excursión. Y el tipo no quería. Y no salió de casa. Y estuvo seguro en su casa y no a expensas de esos amigos que no eran amigos de verdad.
Los amigos ya no hay.
La política, el enfrentamiento, la maldad los ha eliminado de las calles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario