miércoles, 5 de diciembre de 2018

Mi hermano, una vez que tuvo una crisis y mi padre le obligaba a estar en el comedor hasta las doce para irse a dormir, se chupaba "el gato al agua". Y aprendió mucho de política. Y dice mi hermano que en España y en Portugal, políticamente, nunca pasa nada y me dice también que la gente no habla de política pero yo le digo que la gente habla de lo que quiere. Y es que una nación aprende mucho en las guerras y quién las provoca y quién sale huyendo de la capital sitiada y quién es el pueblo y quién los dirigentes y quién caldea el ambiente y quién da un golpe de estado y quién es el ejército y quiénes son los milicianos. Y también quién mata al líder de la oposición. Y quiénes fueron los catalanistas y los chequistas y los dirigentes que querían acabar con la iglesia católica. También saben quién pasaba hambre y quién no pero el hambre que se pasa no justifica una guerra. Nada justifica una guerra y menos unos títeres políticos que juegan con fuego. Luego, lo que vino fue una dictadura donde la mayor parte del españoles eran apolíticos. Y se aprenden cosas de lo que va sucediendo y sobre todo, de las mentiras y del querer subvertir las cosas que están bien como están.
Dice mi hermano que me preocupe más del medio ambiente, que es el reto que tienen ahora todas las naciones. Y ahora me preocuparé del fitoplacton, de las emisiones de plomo y otras porquerías, de los animales salvajes, de los animales en extinción, de la cultura ecológica, de los sumideros de CO2 y de los plásticos. Y no volveré a escribir de política en este blog más que de perfil, porque de lleno no me gusta y no daré nombres porque se dice el pecado pero no el pecador.

Si no aprendes de la historia, no sabes hablar de política.

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