viernes, 26 de junio de 2020

El siguiente poeta a comentar es Eugenio de Nora, del que no sé apenas nada. Dice el libro-antología que este poeta publicó anónima y clandestinamente "Pueblo cautivo", que es poesía testimonial en la posguerra y luego, "España, pasión de vida". Son libros poéticos que quizás hablan de la guerra y la posguerra de forma crítica y en contra del régimen dictatorial y por ello son clandestinos. El poema que voy a comentar no va de guerra. Habla de un árbol y su simbolismo:

                                    CARMEN DEL ÁRBOL DORADO.


¡El árbol florido,
fugaz primavera,
palacio de trinos!

Pero antes de oírse, 
qué lento ha crecido.

Abría en la tierra
oscuros caminos;
pedía en el aire
la vida a suspiros;
al sol, cada día,
era oro tupido.

La luz y el silencio,
y un tiempo infinito, 
irguieron el tronco
soñando en sí mismo.

Siempre (54).
Hay que decir que no me gustan mucho los poemas de metros cortos y que casi me gustan más los versículos en esta clase de poetas. Los versos cortos significan menos, no dan lugar a metáforas largas.
Este poema habla de un árbol. Puede ser la metáfora de algo que crece y se llena de vida. Me gusta el verso al sol cada día era oro tupido, como dando a entender el valor fuerte del árbol. También embellece el poema hablar de palacio de trinos. Es como querer preciosismo a la hora de hablar de algo común como es un árbol.
Es bonita también la personificación de luz, silencio y tiempo que lograron erguir el tronco que sueña.
Es bonito el poema. En versos siguientes, se anuncia el poeta como autor de cantos y como corazón encendido al lado del árbol florido.

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