Tengo que referir un asunto que me ha sorprendido para bien: las personas que ocupaban antes mi pensamiento para mal, pues me creaban obsesiones y tensión, ya no lo ocupan. Ya no pienso en ellas. A lo mejor ha sido todo al toparme en mi libro de refranes, este, que es revelador para mi caso: "Es de sabios olvidar injurias y perdonar agravios". Eso es lo que ha pasado. He perdonado y he olvidado y ahora me encuentro mucho mejor. Ya no ocupo mi pensamiento ni tiempo en esas personas. Para mí, ahora son neutras o es como si no existieran y si existen, es de una manera más amable.
No sé quién me ha ayudado a dar el paso de no pensar en injusticias que yo creía imperdonables. Puede ser Dios o yo mismo al darme cuenta de la tontería de pensar en ellos.
Ahora disfruto más de la vida y ya no estoy atormentado. Me congratulo de que así sea y haya dado un paso de gigante en mi modo de pensar y de sentir.
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