Hoy he oído noticias de la urraca vieja y taimada, esa que va con cuentos de allí para aquí, volando a ras de suelo comiendo inmundicias, revolviéndolo todo, graznando su graznido asqueroso. Pero parece que no me he dejado influir por su maléfico pico lleno de mierda. La cosa va bien.
La podredumbre que va con ese pájaro de mal agüero no me va a hacer mella ya nunca más. Llevo sin acordarme de esa pájara negra desde hace tiempo. Me da mucho asco pero lo superaré.
Hoy ha hecho un calor del demonio y parece que seguirá así unos días.
Las malas personas siembran odio pero el odio se revuelve contra ellas.
Son las 9 y pico de la noche y viene fresco.
El nauseabundo olor que sale de ese saco de mierda ya no me llega a las narices. Algo debe de haber pasado.
Mañana será otro día, de eso no hay duda alguna.
Mueran los envidiosos y los avariciosos y los que no tienen alma.
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