La psicóloga que me ayuda a dejar de fumar también me dice que debo romper con mi rutina. Pero yo no sé cómo romper con mi rutina porque está muy metida dentro de mí. Sí es verdad, como le he contado, que estuve a punto de hacer un curso de cocina pero que desistí, después de mirar muchos en internet. Me obsesiono con la idea de viajar pero el viaje nunca se cumple: no conduzco y dependo de mi hermano, al que no le afecta aparentemente la rutina, para hacerlo. Total: no vamos a ningún lado.
La rutina, para un enfermo mental, creo que es buena pero un exceso de ella también estresa. Levantarse sin más ilusión que hacer lo mismo que ayer cansa y pone nervioso. Tengo como retos leerme libros de la biblioteca en quince días y seguir escribiendo lo que se me ocurra pero eso no puede ser aliciente. La psicóloga me ha aconsejado que vaya al cine e iré este domingo antes de darme el paseo con mi exnovia, si puede ser.
Bueno. Por ahora solo tenemos en mente Paco y yo ir a Asturias para huir del calor de Julio y espero que se cumpla por mi bien y el de mi hermano.
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