Voy a hablar de una palabra que mi madre la descompone o la desfigura para que sea más significativa, al menos para mí. Y esa palabra va a servir para describir un absurdo enojoso que ocurre en este mundo que yo veo y me da asco mirar. La palabra es aspaviento y mi madre la transforma en espamento. Las personas que hacen muchos espamentos para mí están gilipollas o están medio locas, no conocen la mesura que me enseñaron mis padres. A mí me pone de los nervios que las personas hagan espamentos ostentosos y despreciables cuando ven un perrito de lanas, cuando les cuentas cualquier cosa que a ti no te producen espamentos, cuando ven un partido de fútbol en la tele y hay muchísimos ejemplos más. Los espamentos están a la orden del día. La gente es espamentosa, descabellada y gilipollas hasta el espamento. La gente, no sé lo que me pasa últimamente, me produce asquerosidad humana al presenciarla, me da asco ver lo imbécil que es la gente, lo espamentosa que es y lo poco racional que veo en ella.
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