miércoles, 14 de mayo de 2014

Hay personas que conozco muy bien que han sido educadas en lo mejor: se les ha pagado su educación, sus padres han hecho un gran esfuerzo de todo tipo por ellos, han estado en colegios buenos, han tenido de todo y quizás por la blandura del amor de sus padres estas personas se han vuelto cerradas en sí mismas, egoístas, derrochadores y calaveras. Cuando yo me reía con ellos con bromas y demás, ahora no puedo ni preguntar sobre ellos ni una pobre pregunta que no les moleste, tienen unos amigos que yo no conozco ni conoceré nunca, cuando estoy a su lado adoptan un secretismo a ultranza que parece que les estoy ofendiendo, no hablan una charla natural conmigo, sino como estudiada y hablan tipo robot: sí, no, bien o no hablan o desean que yo esté lejos. Ante esta actitud, yo, cuando los veo, no digo una palabra, hablo tipo robot como ellos y no nos enteramos ni ellos ni yo de nuestras respectivas vidas. No sé cómo han cambiado en unos diez años para acá pero han cambiado tristemente a peor porque son fantasmas de lo que fueron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario