De barro nos hizo Dios. Este dicho vale cuando alguien nos exige una perfección que nosotros no cumplimos o cuando nos disculpamos por algo hecho mal. También dice otro dicho bíblico que Dios nos hizo a su imagen y semejanza y que algo llevamos de Él en nuestra obra. Por fin, Cristo dijo: "ser perfectos como yo lo he sido" O sea, que el hombre se mueve entre la perfección y el fallo porque ya los romanos sentenciaron que errar es humano y eso a todos nos consta. Sin embargo, no admitimos el fallo humano cuando este se reviste de dolo, de engaño. Cuando lo que se busca con la obra imperfecta es enriquecerse, cuando el engaño es premeditado, cuando los engañados notamos que huele mal el engaño, no es un engaño fruto de la debilidad del hombre sino de la astucia del mismo. Entonces debe caer la ley de los hombres sobre los engañadores. Y esto esta pasando a cada rato en España y los engañadores no sufren ni la menor advertencia de la justicia.
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