Me quedé muy a gusto cuando di por finalizada mi novela. Me ha durado año y medio terminarla. Lo peor ha sido cuando me estanqué y no sabía cómo terminarla. Era un sufrimiento ver la novela en el ordenador y pensar que no la terminaría. Un amigo me dijo que ya no la acabaría y que empezara otra. Y un rábano. Un año de dedicación todas las tardes era mucho esfuerzo. La acabaría como fuera. Y así ha sido. Dejé reposar la novela dos meses y luego me la leí a ver por dónde podría continuarla. Y pensé en un personaje secundario que podría, con su locura, llevar el hilo del final de la novela. De una novela que tenía en un inicio 250 páginas, se me ha quedado en 78. Primero porque deseché historias paralelas que había en ella y segundo porque la pasé a una letra más pequeña, la que piden en los concursos literarios. Pero bueno. Ahora he pedido a mi hermano y a mi novia y a amigos que la lean y me den su opinión para poder hacerme una idea de los fallos y de los aciertos y a lo mejor la retoco algo antes de mandarla a un concurso.
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