Hoy me he levantado desganado o deprimido o confuso mentalmente. Es lo que tiene la enfermedad que padezco, que a veces me levanto de una forma no apta para andar ni por la calle ni por casa. En estas ocasiones, no sirvo para nada útil. Me metería otra vez en la cama y esperaría a que pasara el día de la manera que fuera. No acierto a pensar con claridad qué tengo qué hacer, dónde tengo que ir, todo me supone un mundo. No hago más que pensar en cosas negativas que me entorpecen el paso de mis huesos por el día. Todo lo siento como un impedimento que se me ha impuesto y yo tengo que luchar (supongo) el doble de lo que lo haría una persona que no toma pastillas para la mente, que no tiene una enfermedad que le desequilibra el ánimo de modo que pasa esto a veces: no tiene uno ganas ni de levantarse de la cama y todo le parece mal hasta que se vuelve a acostar. Pero es así, tengo que hacer cosas a la fuerza para seguir adelante pero me cuestan un montón. Hoy no tengo ganas de nada. A ver si esta tarde me recupero un poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario