Ahora que ya he acabado la novela que estaba escribiendo y la he impreso y la pienso mandar a algún concurso literario a ver si hay fortuna, me pongo con otra novela que tenía empezada y no me sale nada, no me concentro para escribir nada sobre ella. El olvido de esta novelita, que me parece que no va a ser tan larga como la anterior, ha hecho que no me ponga en posición mental de continuarla y lleva ya varios días así, durmiendo la siesta en el ordenador con unas veinticinco páginas escritas muertas de risa.
La he leído de corrido otra vez y me ha gustado, incluso más que la otra. Es más seria, tiene mayor reflexión y por eso se me hace difícil continuarla porque tengo que pensar más lo que voy a escribir y cogerle el hilo argumental de lo que escribí hace tiempo.
El tema no es tan ligero como la de la anterior y las palabras pesan más en el texto, son más sentenciosas y de juicio mayor, no es una simple aventura narrativa, exige pensar lo que escribo a partir de ahora para que no desafine con lo escrito anteriormente.
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