Sufro tensión por unas personas cercanas que se creen que pueden hacer lo que les dé la gana con los demás. Me he tomado una manzanilla y he leído historias para olvidar a esas personas. Esas personas son malhadadas, tristes, solitarias y modorras. Las tengo que sufrir o las he tenido que sufrir o su recuerdo me hace sufrir, me pone nervioso, que es de lo que sufro yo al ser enfermo mental. El diablo las confunda a esas personas y las lleve por la calle de la amargura más pronto que tarde. Son personas, ya digo, infames, trastornadas y se empecinan en hacer el mal e intentar dominar y manipular a los demás. Se creen que los demás somos tontos o no somos nada pero se van a encontrar con la horma de su zapato cuando se hagan viejos y nadie los quiera por sus malas acciones, su soberbia asquerosa y su mal vivir. Caerán en el descrédito, en su propia afición a la mentira y a la manipulación. Caerán víctimas de su mala folla, su mala influencia y el malestar que me han provocado a mí, a mi hermano y a toda la familia. Se creen que son superiores pero son personas insanas, sin diagnosticar. Lo van a pasar peor que yo en el futuro. Eso fijo.
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