Durante el confinamiento de estos días en Majadahonda (no domiciliario sino eso que han dado en llamar perimetral por zonas básicas de salud) que venía a ser que no podías salir ni entrar de la ciudad, me he dado cuenta de que se está mejor en casa que no dando paseos al buen tun tun por la calle o sentado en una terraza por el hecho de estar sentado en una terraza. Me he dado cuenta de que en casa se me ocurren cosas que escribir por el hecho de estar en casa. Leo también más, cosa que viene bien para la inspiración literaria y veo cosas por internet más interesantes que ver gente por la calle que no me dice nada. Además, las personas que ves por la calle son como personajes de una novela pero sin ninguna explicación, destino o interés: son eso, personajes que no dicen nada la mayoría de ellos; sin embargo, los personajes que aparecen en los libros hablan, andan a un sitio, llegan a otro y son interesantes porque los crea una mente que sabe hacer cosas con ellos. Estos días que vienen de calor hasta las 7 de la tarde me voy a quedar en casa todas las tardes después de echarme en la cama un rato (duerma o no duerma) y solo saldré a cosas imprescindibles.
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