Un día me encontré con un sobrino camino de Las Rozas. Hablamos un poco y al despedirnos, este sobrino me dijo:
-Sigue tu camino.
Yo no sé qué clase de despedida es esa pero no me gustó. Podría haber dicho adiós como todos los mortales, pero dijo eso.
No me gusta el carácter de ese sobrino: chulesco, soberbio y prepotente. Cuanto menos le vea, mejor.
Y cuanto menos vea a la otra serie de familia Monster que tengo, mejor porque entre histerias, victimismos, entremetimientos y gilipolleces varias, me van a volver peor de lo que estoy.
Podrían darse cuenta de que mi hermano y yo somos enfermos y dejarnos en paz, pero no. Tienen cada salida y cada ocurrencia que nos ponen peor. Yo, a esta gente la quisiera lejos de mí pero encima viven cerca y eso molesta un huevo.
Así que no me queda más remedio que aguantarlos a estos fantoches de familiares que tengo. En vez de ayudar o dejarnos en paz, como si no existiéramos, venga joder.
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