Hay que ver lo que me está costando ponerme a la tarea de escribir mi próxima novela. La última fue "La moneda de la soledad" aunque escribí tres novelas pequeñas con el título de "tres novelitas públicas". Una y otras están en Amazon, pero no vendo ni una por lo que se ve. Es una pena para los lectores pues ambas creo que son entretenidas y dignas de leerse.
La vida del escritor es estar unas horas pendiente de imaginar un mundo en el que está metido un personaje y a ver qué pasa con él.
Se puede tomar a guasa tal personaje pero, ¿no creemos que igual que se burlaba Cervantes de D. Quijote y Sancho no los quería como si fueran sus hijos? Yo creo que sí.
Mis personajes lo pasan mal y bien por ambas partes. Pero lo bonito es conseguir que vivan ellos su propia vida literaria y que se recuerden una vez leído el libro. Si el personaje no deja huella en el lector, ¿de qué ha servido escribir su historia?
Yo me tengo que poner con mi novela que no la considero más que un entretenimiento (no pienso ganar dinero con ella) y crearé un personaje femenino digno de ser leído. Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario