jueves, 23 de agosto de 2018

Ayer hablaban dos hombres en la plaza de Colón de Majadahonda. Era ya de noche. Uno decía: "es de granito molido". Y el otro: "Yo creo que es de granito ajabardado". "No van a encontrar más que polvo". "Sí, pavesas". "Se liarán a martillazos". "Sí, quieren gastarse el dinero en algo". "Yo hace mucho tiempo que estuve a verlo. La caja no vale mucho. También se habrá hecho polvo. Oye, ¿tú sabes para qué quieren sacarlo de allí?". "Para gastarse el dinero. Y a lo mejor para crear confusión. A los hijos de puta les gusta mucho crear confusión". "Sí, eso creo yo. No quieren más que confundir a la gente y hacer lo que les dé la gana. Después de cuarenta años, ¿a quién interesa eso ya? Quieren agitar el fantasma de la guerra civil a ver qué sale de ahí. No saldrá más que mierda. A los hijos de puta les gusta mucho que la mierda salga a relucir. Así la gente se olvida que son unos hijos de puta". "No me gustan los hijos de puta, Ya hubo uno muy grande gobernando y ahora viene este come mierda. Menuda gentuza hay en ese partido." "Y que lo digas. Están gobernando con decretos. Están gobernando de mala manera y encima hacen estos trucos de magia para distraer la atención. Este Sánchez va a durar poco porque no sabe ni gobernarse a sí mismo. Es igual que el hijo puta de ZP."
Ya era muy tarde. Las luces de las farolas agotaban una luz amarilla y la gente mayor se iba a casa después de tomar el fresco de la noche. Yo me sentí muy cansado de esta España incomprensible. A la gente le da igual todas las gilipolleces y barrabasadas de los políticos españoles. Me fui a acostar y en la cama me dolió un costado hasta que pude conciliar el sueño.

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