Hoy he hecho lo de siempre, que no es poco. La gente que viene de vacaciones pasa por el morro de los demás la morenez de su piel y el deseo de dar envidia. "No lo hemos pasado tan bien como pensáis" y todo eso. Yo he estado leyendo artículos de política en el periódico y en el móvil. Ahí es nada lo que está cayendo. Cuando un inútil llega al poder, ese poder se vuelve oscuro y preocupante. Pero bueno. Dejémoslo. He sacado de la biblioteca "La voluntad" de Azorín y voy a ver si me la leo. Ya la leí una vez. Azorín, en los tiempos de crisis que vivía España en su época y en los tiempos de crisis que se vinieron después, supo contar cómo eran los pueblos y las gentes españolas. A Azorín, esa masa cretinizada como la que hay ahora, le debía llamar mucho la atención pero contaba las cosas como eran, dándole una nota de color y piedad.
Cuando Azorín, mucha gente iba a misa, iba de negro, iba con respeto a los sitios. Luego llegó la guerra y toda la barbarie salió a relucir. Ahora quieren revisar la guerra y la dictadura a ver qué sale. La gente no quiere eso. La gente quiere vivir en paz y comer tranquila unos garbanzos.
Pero no la quieren dejar en paz. Los agitadores quieren el río revuelto. Mal rayo les parta.
A lo mejor, un día, en España, no se pueda hacer lo de siempre.
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