Si te crees con alguna valía pero estás rodeado de tontos, pobre de ti. Pero no hay que asustarse. Todo lo que hagas valdrá solo para ti, para que mejores, aunque solo sea delante del espejo.
La ciudad está llena de gente que está sola, que no encuentra a nadie con quién compartir ni sus conocimientos, ni sus inquietudes, ni sus hallazgos, ni sus sentimientos. La ciudad se come muchas individualidades que van por el metro venga dar vueltas a su soledad. A lo mejor también pasa esto fuera de la ciudad pero en la ciudad se nota mucho porque hay una muchedumbre por la que van deambulando estos seres pobres y sabios y solitarios recitando un poema antiguo o pensando en un remedio para la tos.
Los tontos no piensan. Ven la tele, no se dan cuenta de lo que pasa en el mundo, mean fuera de la taza, leen tebeos y ven lo de los vecinos locos de antena 3. Así son los tontos, se los ve a la legua.
Los tontos no cuentan nada más que para votar a aquel partido que más engaña, que más come el coco a la gente y que más paro crea a la larga. Todos los tontos votan a ese partido.
Los tontos no saben quién fue Descartes ni Ramón y Cajal. Da igual, para eso son tontos. Un tonto está muy orgulloso de serlo, de ahí que la tontería resplandezca más que la sabiduría.
Si te encuentras con un tonto, no te acerques. Si te encuentras con dos tontos, huye.
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