Dejé tres proyectos de novela sin completar. Uno de ellos, el más antiguo, que escribí casi de un tirón hasta la página 50, lleva por título "el matón" y ve de eso, de un matón no al uso que mata sin saberlo a un líder político. Esta novela, o proyecto, que no sé si tendrá su final pues lo he ido postergando mucho, va de política, de la política loca que hay ahora en España, en un tono extraño y creo que divertido. Me lo pasé bien escribiendo sus 50 páginas. A ver si me animo a rematarla aunque solo me salga un relato más o menos largo. La otra historia se llama "la parada de autobús" y va de un jubilado que vive en una residencia y se medio obsesiona con una parada de autobús cercana. En esa parada encuentra su leiv motiv y sus ganas de enfrentarse a los días que le quedan. La última historia es la de lo que se llama en cine una road movie en la que dos profesoras de instituto se evaden del mundo recorriendo el Mediterráneo europeo. Esta historia de carretera la uno a la historia del punki en una segunda parte en que el punki debe arrostrar la realidad de una inadaptada al mundo.
Pero, ¿qué pasa? Que yo las historias que escribo y que tengo escritas no las puedo publicar. Si hubiera trabajado para una empresa privada sí podría renunciar a parte de mi pensión para publicar lo escrito hasta ahora y lo que vaya escribiendo pero como he sido un empleado público no puedo hacerlo. De todas formas consultaré con Antonio, mi amigo, que ya es abogado al acabar derecho, que me ha aconsejado renunciar a mis derechos de autor y consultaré con clases pasivas para ver qué se puede hacer.
La verdad es que no motiva mucho la idea de que yo escriba y escriba y no pueda publicar. No es la cuestión de hacerme famoso y eso sino que el recorrido final de un escrito es su publicación y por lo menos que luego le digan a uno: pues esta bien esta historia y he disfrutado leyéndola. Si me hago notorio por mis escritos yo creo que no renunciaré a llevar una vida discreta.
Mi padre me ha dicho que siga como estoy pero yo no me resigno y quiero ver mis escritos publicados por ver si tienen algo de valor entre un público y lo que se publica hoy en día.
Tendré que enterarme bien de mi situación legal ante la idea de publicar y luego, si puedo, publicaré, aunque no pueda ganar un duro con mis historias.
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