Después de lo que ha pasado en España estos días, ¿a quién no le interesa un poco la política? Lo curioso del caso, un gobierno tirado abajo por una moción de censura contra toda natura, ya que el Psoe ha tenido que pactar con aquellos a los que hacía poco combatía al lado del PP, es un ejercicio de oportunismo vil. Pero ha pasado. Y ahora se ve la debilidad de un gobierno hecho a toda prisa y de retales y de deudas con otros partidos de poco respeto por las leyes (léase los partidos catalanes y Bildu y Podemos). Resulta que me ha dado por ver el gato al agua por las noches y ayer salió Margallo, exministro de Exteriores, hablando muy bien y otros más que hablan también muy bien. Pero el programa acaba a las doce y luego yo no caigo dormido hasta las dos o dos y pico; por lo tanto he de dosificar ese programa y a las once, esté interesante o no, debo irme a acostar por el bien de mi descanso nocturno. Y es que ese programa está muy bien porque va gente que sabe, no chiquilicuatres de la información. Suelen ir doctores en derecho, historiadores competentes y exministros que saben mucho de la situación mundial. Da gusto oírles porque te haces una idea de la política que hay en España y en otros sitios y se relativiza un poco, al calor de las palabras de esa gente la situación preocupante de la política española.
La política es un arte. Pero hay pocos artistas de la política en España.
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