domingo, 17 de junio de 2018

Este nuevo gobierno ha hablado de restaurar en los planes de estudio las humanidades. Ya me parece muy bien eso y de ese modo se ha ganado mi simpatía. Este gobierno no hará grandes cosas pero las pequeñas cosas que haga las hará bien. Los ministros, o mejor dicho, las ministras de este gobierno son verdaderos cerebritos. Este gobierno subirá los impuestos para ver si paga las pensiones. Lo veo bien. Este gobierno tiene que lidiar con un gobierno mostrenco en Cataluña. Ojalá se le dé bien hacer recapacitar a los nacionalismos vascos y catalanes que son el dolor de cabeza continuo de España.
Ayer vi "Erin Brokovich", una película muy buena en la que funcionan muy bien como personajes un abogado y esa mujer que da título a la película, interpretado por la novia de América. Es tan bonita la relación que Erin Brokovich tiene con ese abogado y con otro hombre que cuida de sus hijos incondicionalmente, que la película agrada mucho moral y estéticamente.
El otro día, hablábamos Paco y yo de los profetas de la Biblia. Son gente bastante misteriosa pero que eran enviados por Dios a su pueblo (Israel) para denunciar el estado social y moral corrompido que este había alcanzado y avisar de que se reformase. Había profetas menores y profetas mayores. Sabían hablar muy bien ante el público y más que decir el futuro, lo que hacían era analizar un presente chungo.
Jonás fue un profeta que desobedeció a Dios, que le mandó a una misión y no fue. Fue castigado a ir en el vientre de la ballena.

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