La gente está mal comunicada. Tenemos ideas obtusas y erróneas de los demás por la mala o escasa relación que tenemos unos con otros. ¡Ojo! Las personas tampoco van a dejar de tener vicios y defectos por mucho que las frecuentemos. Lo malo es que hay personas que van ocultando lo suyo hasta extremos que dificultan su comprensión por los demás. Entre la manía de no expresarse y preferir estar con el móvil en las reuniones sociales, la poca relación que hay porque llevamos vidas incompatibles para verse o para charlar un poco de nuestras cosas, se llega al caso de familiares que solo se dedican un saludo y encima, triste y como regañado por eso mismo, por la falta de interés de que uno sepa del otro o mismamente, de cruzar unas palabras amistosas. Ese afán de preservar el mundo privado de cada uno llega a hacerse odioso y se piensan cosas malas de ese mundo privado como si fuera pecaminoso o que no casa con el mundo propio. La gente se ha vuelto muy recelosa de lo suyo hasta llegar a resultar gilipollas a los demás. Hay gente que está en esferas que no le corresponden y por eso las oculta y cuando salgan a relucir, nos sorprenden y son una especie de hijos pródigos que al final ya no tienen remedio.
Sé claro. Si eres oscuro, nadie te entenderá.
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