En la escritura de mi novela, he llegado a un estado de agotamiento. Ya no me motivan mis personajes, han perdido su atractivo para mí, de modo que no voy a escribir en una temporada y luego lo retomaré.
Por otro lado, siempre que hay puentes últimamente en mi familia se monta un pitoste por el tema del pueblo: que si se va, que si no se va. Además, yo me pongo un tanto nervioso porque la gente está como alterada al perder la rutina diaria. Bueno, así lo noto yo. Seguro que hay gente muy feliz de disfrutar de unas vacaciones pero yo, como no estoy en activo, los puentes representan un lío, salirme de mi rutina, como los veranos.
Para un enfermo como yo la rutina es muy importante porque ayuda a estabilizarme y a no tener follones. Las novedades me sacan de mis casillas y me ponen nervioso y encima, las discusiones que se producen por esas novedades, me ponen aún peor.
Vacaciones y fiestas, alteraciones manifiestas.
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