El escritor necesita unos hábitos de trabajo, como cualquier trabajador y si no los adopta, no hace casi nada, lo que escribe está inconexo y no vale la pena. Lo que escribe el escritor está englobado en un plan ya sea este plan pequeño o grande pero en un plan que le permita saber al escritor de qué va su obra. Hay escritores que se tienen que documentar mucho y otros que trabajan desde su habitación pero todo escritor necesita unos horarios de trabajo, unos hábitos, una costumbre escritora. El escritor no escribe allá que te va si no que primero traza un esquema de trabajo de donde parte su primer capítulo o su primer poema y luego se pone diariamente a escribir algo relacionado con ese primer capítulo o ese primer poema. El escritor vierte sus problemáticas o sus sentimientos en el papel pero siempre con un orden establecido. Al escritor le gustaría que el mundo fuera perfecto, por eso escribe, para que lo que escribe sea perfecto y circular como una novela o como una canción.
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