A veces nos topamos con personas correosas, acaparozonadas y enclaustradas en su modus vivendi. Nos tenemos que poner como a la defensiva cuando hablamos con ellas. Son personas que hacen de su capa un sayo y están mamando de una teta que parece pertenecer a una ubre de un bóvido que se alimenta como un parásito; chupando y chupando como si se tratara de una garrapata que deja exangüe al perro enflaquecido y amarillo que se va cansando ya de tanto palo y de tanto maltrato. A estas personas que nos miran al resto de los mortales como a una cucaracha desde sus parapetos; les hacía falta quizás un poquito de humildad, como al perro ya mencionado, que no es humilde ya, que no es del pueblo llano, sino que va de aquí para allá humillado y en desamparo. Yo propondría, para las próximas elecciones generales y para muchos puestos de la administración, una prueba definitiva que eliminaría a mucho malencarado hacia el puesto que va a ocupar. Esta prueba consistiría en picar una zanja. Aquel que ponga más énfasis en conseguir la zanja más profunda y larga, demostraría al estado que en el puesto a ocupar se comportaría como una persona esforzada y trabajadora; y por favor, que acabe ya de una puta vez el dedo que coloca al del carnet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario