Hacía mucho tiempo que no pensaba en la muerte tan concretamente como ahora. Antes lo hacía en abstracto y como si no me concerniera realmente. Ha sido por la muerte de mi hermano mayor. Ha dejado un hueco que se llena de reflexiones, memorias, críticas incluso.
Me imagino yo muerto a veces bajo unas condiciones futuras que no puedo adivinar y no pasa nada. Lo malo o lo bueno es que no pasa nada. Lo que me preocupa realmente es lo que sucederá antes de mi muerte; o sea, mi vejez. Mi vejez quiero imaginármela digna y lo más feliz que se pueda. Rodeado de mi hermano Paco y de mi novia, fundamentalmente porque creo que no habrá gente más cercana a mí que ellos dos. Y así transitará mi vejez. Pronto me doy cuenta que hay que vivir el día a día y no preocuparse de cosas futuras de las que no sabemos nada. Y vivo mi vida procurando, sobre todo, ser feliz, sentirme a gusto con mi vida aunque eso a veces lo veo difícil por mi carácter depresivo.