jueves, 31 de marzo de 2022

 Para pasar de ingratos, desagradecidos y gente que desprecia, turbios y secretos como tumbas, voy a comentar un poema de algún poeta que me guste: el poeta elegido es Ricardo Molina, que vincula amor y naturaleza:


Cuando derrite el sol el mes de julio

buscan los bueyes las espesas sombras,

los segadores de color cobrizo

las frescas jarras y los pozos húmedos;

las cabras, los retoños del olivo,

y yo-lento y errante por el día-

la terrestre dulzura de tu cuerpo.


Después de esta estrofa, le siguen otras dos más que cantan a la naturaleza y los seres mitológicos relacionados con ella. ¿pero no es precioso este verso: "la terrestre dulzura de tu cuerpo"?. ¿Por qué es terrestre la dulzura en este caso, en el caso de hablar del cuerpo de la amada?. Por eso, porque para Molina, el hombre y la mujer pertenecen a la naturaleza, a la tierra. Y el cuerpo amado es dulce no por el sabor sino por el sentimiento dulce que transmite ese ente de amor.

Habla Molina de cómo los seres de la tierra huyen del calor del día por el que el poeta va lento y errante. ¿Por qué va lento y errante? Puede ser que el poeta sea un viajero que no va con destino a ningún lado pero va observándolo todo. Segadores, cabras, bueyes: una España antigua no  mecanizada es lo que recorre el poeta Molina. Me quedo con aquello de "terrestre dulzura" y "los retoños del olivo".

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