"La terrestre dulzura de tu cuerpo". ¿Dónde estará esa dulzura para mí? Con los años que tengo y con lo difícil que es dar con una mujer con la que se pueda convivir. Ya sé que se podría recurrir a encontrar una mujer, cohabitar con ella y decirle adiós ese mismo día en que he hecho la bestia de dos espaldas con ella, pero ni eso soy capaz de encontrar. Mi vida va de muchos paseos, de unos amigos jubilados y otros que son enfermos mentales como yo. En esos ambientes no hay nada que rascar. Y en mis innumerables paseos a Las Rozas no he encontrado ninguna romera que se vuelva ramera para darme gusto por el espacio que dura un coito. Menudo rollo este de ser enfermo mental. La familia pasa de ti, que te apañes como puedas cuando tengas una crisis y los demás también pasan cuando vienen mal dadas. La verdad, no espero nada de gente materialista y narcisista y tirando a psicópata. Es lo suyo. Pero les debería de caer un poquito la cara de vergüenza al ver a su familiar sufriendo y ni siquiera llamar.
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