San Juan de Dios, San Benito Menni y Antón Martín tienen mucho en común. Los tres fueron enfermeros y fundaron hospitales. San Juan de Dios nació en Portugal y sirvió a Carlos V en varias batallas. Luego fue librero en Granada. Al oír a Juan de Ávila, se convirtió y anduvo errante, mendigo y loco algún tiempo hasta que se consagró a la ayuda de los enfermos y más necesitados. Murió ayudando a un hombre que se iba a ahogar en un río. San Benito Menni nació en Milán y se ayudó de mujeres abnegadas para fundar un hospital médico. En Ciempozuelos, hay un hospital que se preocupa de los enfermos mentales. Antón Martín también creó un hospital en la zona de Madrid cercana a Atocha y conoció a estos dos santos. San Juan de Ávila es doctor de la iglesia y fue un excelente predicador al que la Inquisición persiguió. España es un país de cantos y de santos, no hay duda. La fe católica ha perdurado hasta hoy en el alma de los españoles por la acción buena y caritativa de estos santos. Y porque ser católico en estos días que pasan (tan tristes, tan locos) es la mejor opción para no perder de vista ni a Dios ni al semejante, que hay que tratar como a Dios mismo.
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