Hoy, que es San Valentín y el Real Madrid va a jugar un partido decisivo contra el París Saint Germain, yo me siento bastante triste porque mi vida es de poca monta. Hace mucho que no viajo, que no veo cosas nuevas. Hace mucho tiempo que mi vida se limita, se acogota, se hace pequeña.
Es triste estar dando vueltas a las cosas y que las cosas no cambien. El mundo no cambia tampoco. La mayoría de la gente hace las mismas cosas todos los días.
No me puedo quejar. Tengo un status bueno de vida pero mi vida no se llena, no tiene el interés necesario, no se renueva.
Hoy voy a ver a mi amigo Antonio. No me suele contar nada interesante. Soy yo el que habla. No tengo nada que contar yo tampoco y aun así hablo, le cuento cosas que no tienen gran valor.
Me meto en el metro y veo gente. Gente que no piensa, que ejecuta una serie de acciones como ir en metro, salir del metro y trabajar.
Yo no trabajo, aparte de lo que escribo por puro placer, pues nada de lo escrito ha visto la luz.
Ayer leí la vida de Dostovieski. Le gustaba jugar, viajó a Italia, se casó un par de veces, tuvo hijos, tuvo epilepsia, escribió libros muy importantes. Yo he leído "El idiota". Quiero leerme "Los demonios".
Esta tarde iré a la radio de "Tú decides", a seguir hablando, a seguir comentando un trozo de vida, a describir al pormenor mi pequeña derrota.
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