Lo último de los hermanos Coen es una película sobre un cantautor. La Navidad ha pasado de puntillas por mi vida, ha pasado descafeinada, desvaída, como si no quisiera hacer ruido.
Mi amigo Antonio ha estado de vacaciones estas navidades; es lo mejor, lo más divertido, lo que merece la pena.
Mi hermano y yo tenemos dinero, suficiente dinero para pasar la navidad casi donde nos dé la gana o la imaginación pero nos quedamos en casa, aburridos, cansados, estupidizados por tanta inacción.
Me duele la espalda de dormir siempre en la misma cama, de pasar tantas horas encima del mismo colchón. No estaría de más largarme por ahí a coger aire e inspiración donde no me conociera nadie ni yo conociera a nadie. Aunque me da tanta pereza que no lo hago y luego lo lamento siempre.
Mi historia del punk va bien. Voy rellenando todos los días un par de hojas con las aventuras de este ser tan peculiar, un punk en los años dos mil.
Mi vida va como va: ni conozco gente extraordinaria, ni veo cosas nuevas. Por eso me las tengo que inventar a la gente y a las cosas, para no perecer en la agonía de la rutina que vivo.
Si ves todo del color de rosa, desconfía.
Si lo ves todo negro, ten esperanza.
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