Esta Navidad es como otras que han pasado pero todas tienen un significado especial de unión y alegría. Yo lo único que pido a la Navidad es tener una historia que contar para pasar el resto del año escribiendo. La página en blanco es tarea que necesito, son tardes de ilusión cuando me sale un párrafo bonito. Espero contar una historia lo más delicadamente que pueda.
Estos días en que toda la familia se reúne para celebrar el nacimiento de Dios en la Tierra me gustaría que fueran para que todos seamos un poco más humildes. Ayer oí la canción de Phill Collins que dice: "another day for you and me in Paradise". Eso es lo importante. Que demos importancia a unas sopas de ajo y a un filete porque otros no pueden comerlos. No seamos tan burros de pretender tenerlo todo sino que nos comparemos con aquellos que no tienen nada. Y así la Tierra será un lugar más justo y no abusaremos de las entrañas de la misma para ser más aborrecibles a los ojos de ese niño que nació en un pesebre.
Ya nos lo indica Dios con su nacimiento, creamos o no en Él, que el niño vino a nacer de forma indigna para que supiéramos que al mundo se viene a servir, no a exigir. A mí me gusta mucho eso, que Dios naciera en un pesebre para dar ejemplo de pobreza.
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