A mi familia la considero un poco rara y un poco desapegada, no sabemos unos miembros de otros excepto los domingos que nos juntamos a comer. Cocina mi madre, que ya está mayor pero tiene muchas energías. Hay miembros de la familia que son muy políticos, con esos no quiero hablar. Hay otros miembros que no son de mi generación, no los entiendo tampoco. Solo me entiendo bien con mis padres, que nos conocen bien a mi hermano y a mí.
Mi familia es quizás como otras familias, no sé si las familias de hoy en día funcionan así, con ese punto de incomprensión de unos a otros. Yo sé que hay miembros de mi familia que no hacen ningún esfuerzo en comprenderme, yo tampoco ya hago ninguno por comprenderlos a ellos, es inútil, han vivido y viven una vida muy distinta a la mía. Paco, mi hermano gemelo y yo somos los únicos a los que les gusta la literatura pero en mi casa no se habla de libros. Paco y yo estamos entre dos generaciones: la de mis sobrinos, que son diez años más jóvenes que nosotros y la de mis hermanos, que son diez años más viejos. O sea, que hemos vivido cada grupo que hay en mi casa vidas distintas, educaciones distintas, formas de ver la vida distintas; de ahí la incomprensión entre los distintos grupos. Yo solo entiendo a mis padres, que me quieren de verdad y me escuchan. Entre los otros grupos no hay diálogo, solo respeto callado.
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