Hoy ha muerto mi tío Francisco. Para mí ha sido el tío que contaba chistes y chascarrillos y me ha hecho reír un montón. Pasando los años ya no teníamos ni Paco ni yo muchas noticias de ellos. Hacían su vida como nosotros hacíamos la nuestra. La familia parecía desunida. Pero quiero recordarlo siempre como ese señor que contaba historietas, hacía cosas para que yo me riera y me sorprendiera. Se preocupaba por mis estudios, por lo que yo quisiera hacer en el futuro. Es al único de la familia al que le dije que quería ser escritor y se lo tomó en serio. Mi tío pasó la posguerra. No pudo estudiar, cosa que le pesaba mucho, pero hizo lo posible por formarse estudiando ya de adulto. Mi tío era hombre bueno y curioso por el mundo que le rodeaba. Bueno, que descanse en paz y que vea mi tío el rostro del Señor pues fue siempre un hombre bueno, amable y tranquilo.
De repente, no hay discreto ni valiente.
Cuando nos pasan las cosas en un momento, todos nos quedamos paralizados y no sabemos qué hacer ni qué decir. Luego que sopesamos lo que nos ocurre, ya actuamos.
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