Desde que veo niños chillar y revolcarse por el suelo en las tiendas y en los supermercados, me pregunto hacia dónde va el mundo. Pero bueno, no me voy a poner moralista, que ya cansa. Me gustaría tener un amigo poeta o novelista para charlar con él sobre prosas y versos por las tardes de 4 a 6, pero como no tengo ese amigo, yo mismo meditaré de 4 a 6 sobre estrofas y personajes raros que no se ajustan al sistema actual de vida como son mendigos, transexuales, okupas, delincuentes y traidores, espías, putas, camioneros, pasteleros y fruteros de toda laya e índole. Y así, meditando, meditando, iré formando un estilo, un estilo propio reconocible hasta en Jamaica cuando me traduzcan al inglés.
Nadie puede ver su propia espalda.
Hay refranes tan literales que cuesta encontrarles sentido. Pero este refrán quiere decir que nadie se ve sus defectos, los tiene que ver otro que le conozca bien.
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