Hay una canción de Serrat que dice que no tendría que haber ni héroes ni milagros para que la cosa vaya bien. Sin embargo, hay un montón de héroes y heroínas repartidos por todo el mundo luchando contra enfermedades propias y ajenas. Milagros también hay pues Dios actúa de un manera u otra sobre el ser humano. El que diga que no hay Dios, tampoco aceptará los milagros, pero yo creo que sí los hay. Fue casi un milagro que yo aprobara la oposición después de tanto intentar aprobarla. En las batallas y en las desgracias, surgen los héroes. En la constancia y en la fe, surgen los milagros. Estoy leyendo un libro en el que una señora se casa con un negociante y lo pasa fatal, porque este negociante no la hace ni caso. Y ella lo que hacía es rezar. Vino el milagro. Una persona aguanta su posición sin desfallecer: es un héroe. Yo tengo un primo que es un héroe luchando con una enfermedad. Y yo tengo un familiar aguantando una situación familiar bastante ardua de llevar: ambos son santos o héroes, no cabe duda. Es difícil saber hasta dónde actúa el héroe y hasta cuándo actúa Dios con un milagro. Job no desistió, en su desgracia, de rezar a Dios y así le llamamos el santo Job.
Quien la hizo una vez, la hará ciento diez.
Se refiere a una maldad, paro como estamos hablando de héroes y santos, el que hace una cosa bien, la hará siempre, esperando el milagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario